Antes que nada, deben saber que todo en esta historia es real, incluso sus especulaciones. Todo peruano sabe quién es Sarah Hellen, la mujer vampiro.
Existe un lugar en Sudamérica que tiene nombre de aguardiente: la ciudad de Pisco.
Allí llegó hace 110 años una bellísima mujer, muerta hacía meses, acompañada por su esposo. El señor, hizo un depósito de dinero a la autoridad del puerto antes de preguntar si podía y donde enterrar a su esposa. Después de lo cual se dirigió al cementerio, a darle, por fin, sepultura a la navegante. Cuentan que Pisco, tierra de temblores, tembló esa mañana como tantas otras, trastabillaron los pocos que ayudaban al extranjero misterioso a enterrar a su mujer. Y el destino que perseguía a Sarah se reveló una vez más. Una mujer bellísima, pelirroja, pálida como la porcelana, fresca, como dormida, asomó desde el ataúd y miró a los hombres desde sus verdes ojos muertos. Los hombres salieron corriendo, anunciando que había llegado a la ciudad la esposa de Drácula. (...)
Su marido la tuvo que enterrar con sus propias manos, al día siguiente partió para no volver más. Mr. Roberts, al igual que su esposa, era natural de Blackburn, Inglaterra. Era al inicio del 1900, Sarah era distinguida por su belleza y cualidades en el silencio y la observación de las cosas más pequeñas, lo que la hizo conocedora de hierbas y raíces. Todo el pueblo se había beneficiado de ello, era por así decirlo una sanadora. Lo que no quedó registrado fué el detonante. En que momento el pueblo, antes pacífico con la mujer, se giró en contra de ella con la ferocidad que sólo generan el fanatismo y la superioridad numérica. Fué acusada de brujeria y muerta por linchamiento.
Sarah juró en voz alta: "pueblo maldito, yo volveré un día en cien años, y no tendré paz hasta vengarme de cada uno de ustedes"
Indignados, pueblerinos y autoridades prohibieron que fuera enterrada en ningún punto de Inglaterra. La noticia se corrió por toda Europa y tampoco pudo ser enterrada en ningún lugar, habría que cruzar el mar.
Sin embargo el único país allende los mares que aceptó su cuerpo fué Perú, tierra de Brujos. Llegó así al puerto de Pisco donde quedó enterrada la hermosa extranjera muerta. No se sabe cómo, el pueblo de Pisco, se enteró de la oscura travesía de la extranjera y también supieron de la amenaza de volver en cien años.
Pasaron cien años. Su historia se trastocó un poco. Se dijo que era la amante del Diablo, que la habían visto deambulando a orillas de la carretara, con un vestido blanco, que engañaba a los conductores, que los hechizaba para dormirlos. Y los hijos de los hijos de los pisqueños de cien años antes, la esperaron cien años después, estaca en mano, en la puerta de su tumba.
La vigilia por la mujer de Drácula fué vista por el mundo entero. Todos los brujos y chamanes realizaron sus rituales con el fin de mantener a la muerta dentro de su caja. Pasó la noche y Sarah Hellen no salió de su tumba. El pueblo comenzó a olvidarla.
Pasaron diez años y un terremoto terrible azotó el Perú. Su epicentro fué en el mar, en las costas de Pisco. La ciudad entera se desplomó. Muchísima gente murió, en el cementerio se rajaron todos los largos pabellones centenarios, la única tumba que quedó intacta fué la tumba de Sarah Hellen.
Ahora hay pequeñas plaquitas que, discretas, la acompañan. Gracias Sara, por el milagro concedido, muchas gracias por curar a mi hijo. La pureza del sepulcro es suficiente prueba para la gente del pueblo de que la mujer es digna de confianza y veneración. Tratada como Santa, sin ser reconocida por la iglesia, a este paso Sarah Hellen será un día la santa patrona de Pisco.
Y tal vez la santa mujer vampiro los proteja de verdad, por ser el único pueblo que la supo amar...
Existe un lugar en Sudamérica que tiene nombre de aguardiente: la ciudad de Pisco.
Allí llegó hace 110 años una bellísima mujer, muerta hacía meses, acompañada por su esposo. El señor, hizo un depósito de dinero a la autoridad del puerto antes de preguntar si podía y donde enterrar a su esposa. Después de lo cual se dirigió al cementerio, a darle, por fin, sepultura a la navegante. Cuentan que Pisco, tierra de temblores, tembló esa mañana como tantas otras, trastabillaron los pocos que ayudaban al extranjero misterioso a enterrar a su mujer. Y el destino que perseguía a Sarah se reveló una vez más. Una mujer bellísima, pelirroja, pálida como la porcelana, fresca, como dormida, asomó desde el ataúd y miró a los hombres desde sus verdes ojos muertos. Los hombres salieron corriendo, anunciando que había llegado a la ciudad la esposa de Drácula. (...)
Su marido la tuvo que enterrar con sus propias manos, al día siguiente partió para no volver más. Mr. Roberts, al igual que su esposa, era natural de Blackburn, Inglaterra. Era al inicio del 1900, Sarah era distinguida por su belleza y cualidades en el silencio y la observación de las cosas más pequeñas, lo que la hizo conocedora de hierbas y raíces. Todo el pueblo se había beneficiado de ello, era por así decirlo una sanadora. Lo que no quedó registrado fué el detonante. En que momento el pueblo, antes pacífico con la mujer, se giró en contra de ella con la ferocidad que sólo generan el fanatismo y la superioridad numérica. Fué acusada de brujeria y muerta por linchamiento.
Sarah juró en voz alta: "pueblo maldito, yo volveré un día en cien años, y no tendré paz hasta vengarme de cada uno de ustedes"
Indignados, pueblerinos y autoridades prohibieron que fuera enterrada en ningún punto de Inglaterra. La noticia se corrió por toda Europa y tampoco pudo ser enterrada en ningún lugar, habría que cruzar el mar.
Sin embargo el único país allende los mares que aceptó su cuerpo fué Perú, tierra de Brujos. Llegó así al puerto de Pisco donde quedó enterrada la hermosa extranjera muerta. No se sabe cómo, el pueblo de Pisco, se enteró de la oscura travesía de la extranjera y también supieron de la amenaza de volver en cien años.
Pasaron cien años. Su historia se trastocó un poco. Se dijo que era la amante del Diablo, que la habían visto deambulando a orillas de la carretara, con un vestido blanco, que engañaba a los conductores, que los hechizaba para dormirlos. Y los hijos de los hijos de los pisqueños de cien años antes, la esperaron cien años después, estaca en mano, en la puerta de su tumba.
La vigilia por la mujer de Drácula fué vista por el mundo entero. Todos los brujos y chamanes realizaron sus rituales con el fin de mantener a la muerta dentro de su caja. Pasó la noche y Sarah Hellen no salió de su tumba. El pueblo comenzó a olvidarla.
Pasaron diez años y un terremoto terrible azotó el Perú. Su epicentro fué en el mar, en las costas de Pisco. La ciudad entera se desplomó. Muchísima gente murió, en el cementerio se rajaron todos los largos pabellones centenarios, la única tumba que quedó intacta fué la tumba de Sarah Hellen.
Ahora hay pequeñas plaquitas que, discretas, la acompañan. Gracias Sara, por el milagro concedido, muchas gracias por curar a mi hijo. La pureza del sepulcro es suficiente prueba para la gente del pueblo de que la mujer es digna de confianza y veneración. Tratada como Santa, sin ser reconocida por la iglesia, a este paso Sarah Hellen será un día la santa patrona de Pisco.
Y tal vez la santa mujer vampiro los proteja de verdad, por ser el único pueblo que la supo amar...
Dom Abr 18, 2021 9:25 pm por L
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