Hoy quisiera compartir con ustedes un trabajo que hicimos con un colega que se llama Leonardo Brito, y que habla sobre “eso” que nos afecta en la actualidad.
Todos nos vemos afectados en alguna u otra forma por la profunda crisis económica y social en la cual se halla inmerso nuestro país, Argentina.
El termino “crisis” tiene su raíz etimológica en un vocablo chino que se traduce como “oportunidad peligrosa”.
Oportunidad porque la movilización interna que ello provoca, hace que instrumentemos nuevos mecanismos psicológicos- que permanecían latentes, debido a que con los que contábamos eran suficientes para nuestra vida- y la movilización de los mismos nos reposiciona frente a la realidad de una forma diferente; conllevando en forma implícita la semilla del aprendizaje y el crecimiento personal, lo que se traduce en salud y un mayor bienestar.
Como contraparte nos enfrentamos al “peligro” de que por el impacto de la crisis, los recursos internos con los que contábamos no resulten bastos para sobrellevar la misma, y en el caso de que no podamos realizar un cambio que nos permita atravesar y superar dicha situación, entonces es cuando hace irrupción la enfermedad.
La cuestión seria: que el temor a lo “peligroso” no arruine la “oportunidad” de poder llevar a cabo un cambio REAL de nuestra realidad.
Oportunidad que hoy se nos presenta de im-pulsar una transformación, un cambio. Cambio que solo será logrado mediante nuestra acción, que modifica la realidad a la vez que nos modifica a nosotros mismos como sujetos. Porque después de un acto, de una VERDADERA acción ningún sujeto sigue siendo el mismo.
Una alternativa excelente para hacer frente a la crisis es “pensar en positivo”, y aunque esto no nos ofrezca garantías sobre los resultados, si nos brinda una mayor oportunidad de vivir mejor. Pensar en positivo no es hacer de cuenta que la crisis no existe, no es negación cómplice del presente.
Por el contrario para pensar positivamente debemos guiarnos por la brújula orientada por nuestros deseos. Deseos que no desean ser encerrados.
Vivir mejor con nosotros mismos es ser consecuente con lo que se siente, con lo que se quiere, sin cobardía o falsa moral, con verdaderos deseos de vivir.
Frente a una crisis siempre tenemos la posibilidad de salir adelante, todo depende de nuestra actitud, y de cómo nos posicionamos frente a ella.
EL CAMBIO ES UNA CONSTANTE DE NUESTRO UNIVERSO.
Todos nos vemos afectados en alguna u otra forma por la profunda crisis económica y social en la cual se halla inmerso nuestro país, Argentina.
El termino “crisis” tiene su raíz etimológica en un vocablo chino que se traduce como “oportunidad peligrosa”.
Oportunidad porque la movilización interna que ello provoca, hace que instrumentemos nuevos mecanismos psicológicos- que permanecían latentes, debido a que con los que contábamos eran suficientes para nuestra vida- y la movilización de los mismos nos reposiciona frente a la realidad de una forma diferente; conllevando en forma implícita la semilla del aprendizaje y el crecimiento personal, lo que se traduce en salud y un mayor bienestar.
Como contraparte nos enfrentamos al “peligro” de que por el impacto de la crisis, los recursos internos con los que contábamos no resulten bastos para sobrellevar la misma, y en el caso de que no podamos realizar un cambio que nos permita atravesar y superar dicha situación, entonces es cuando hace irrupción la enfermedad.
La cuestión seria: que el temor a lo “peligroso” no arruine la “oportunidad” de poder llevar a cabo un cambio REAL de nuestra realidad.
Oportunidad que hoy se nos presenta de im-pulsar una transformación, un cambio. Cambio que solo será logrado mediante nuestra acción, que modifica la realidad a la vez que nos modifica a nosotros mismos como sujetos. Porque después de un acto, de una VERDADERA acción ningún sujeto sigue siendo el mismo.
Una alternativa excelente para hacer frente a la crisis es “pensar en positivo”, y aunque esto no nos ofrezca garantías sobre los resultados, si nos brinda una mayor oportunidad de vivir mejor. Pensar en positivo no es hacer de cuenta que la crisis no existe, no es negación cómplice del presente.
Por el contrario para pensar positivamente debemos guiarnos por la brújula orientada por nuestros deseos. Deseos que no desean ser encerrados.
Vivir mejor con nosotros mismos es ser consecuente con lo que se siente, con lo que se quiere, sin cobardía o falsa moral, con verdaderos deseos de vivir.
Frente a una crisis siempre tenemos la posibilidad de salir adelante, todo depende de nuestra actitud, y de cómo nos posicionamos frente a ella.
EL CAMBIO ES UNA CONSTANTE DE NUESTRO UNIVERSO.
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