El concepto de la hechicería o la magia ritual al servicio de los intereses militares o políticos ocupa un papel de importancia en los mitos y las leyendas. De ahí que nos sea posible ver al mago Merlín brindando ayuda mágica al rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, y el menos conocido Malagiggi haciendo lo mismo a la diestra de Carlomagno. Estos hechiceros legendarios desempeñaron un sinnúmero de servicios, desde el espionaje a través de lo que hoy denominaríamos "visualización remota" hasta la invocación de fuerzas sobrenaturales para alterar el curso de una batalla, pasando por la importantísima capacidad de poder predecir el resultado de cualquier contienda. El papel del hechicero mítico fue adoptado por los autores de fantasía heróica, cuyos escritos ocupan las estanterías de las bibliotecas hasta el día de hoy... Pero existen fuentes históricas que apuntan a la existencia real de tales hechiceros: el emperador romano Marco Aurelio, por ejemplo, iba acompañado por un mago conocido como Julián el Teurgo en sus campañas contra los marocmanos y los cuados en el año 174 d.c.. Este practicante de la alta magia era supuestamente capaz de lanzar relámpagos y hacer lluvia. Durante esta campaña bélica, Julián creó un fenómeno denominado "iunx" para producir una tormenta que no soló apaciguó la sed de los legionarios romanos, sino que también sembró el pánico entre los marcomanos. En las fuentes clásicas abundan referencias al "milagro de la lluvia", aunque algunas fuentes atribuyen el prodigio a un hechicero egipcio llamado Arnouphis.
¿Hay algo de cierto en cuanto al papel que desempeñaron los practicantes de la magia en la edad media? Los lectores de nuestros tiempos ciertamente saben que durante "el tiempo de la quema" los magos en Europa Occidental perecieron en la hoguera. ¿Pero se daba lo mismo en Europa Oriental, en el Medio Oriente, o en el Norte de Africa? Las élites políticas y religiosas del momento no sólo permitían el uso de la magia, sino que aprobaban su uso.
Brujas en las cruzadas
Se nos ha enseñado que la "era de hierro" que conocemos como el Medioevo era una sucesión de batallas en un mundo dónde había poca oportunidad de hacer otra cosa que guerrear. Otras fuentes, no obstante, señalan que el estudio de las fuerzas sobrenaturales florecía en aquel momento la magia se aplicaba de manera activa. Durante el asedio de Jerusalén por los cruzados (1099 d.c.), llegó a decirese que los defensores musulmanes se valían de hechiceras para defenderse contra los cristianos. Una de estas crónicas menciona que el caballero francés Raimundo de Aguilers observó la manera en que el enemigo hacía uso de las artes mágicas. Dos brujas, según la crónica, se encontraban en las almenas de la muralla, lanzando conjuros contra una de las máquinas de asedio de los cruzados. Pero su magia parece no haber sido tan poderosa como pensaban, ya que las hechiceras murieron cuando una piedra lanzada por una catapulta cristiana acertó en el blanco. Aguilers menciona de pasada que los cruzados tenían vedado hacer uso de la magia durante su "santa empresa". Este planteamiento suscita posibilidades de interes: ¿había hechiceros o brujos al servicio de los ejércitos medievales? ¿Sería como en las novelas de fantasía heróica, en dónde no puede faltar un hechicero frotándose las sienes mientras que arroja maleficios contra sus adversarios?
No existen dudas sobre la existencia y el uso de la hechicería en el mundo islámico de aquel momento en la historia, dado que la península arábiga había estado cundida de pócimas mágicas, amuletos y talismanes de gran poder, así como la creencia en efreetis y jinas, desde antes de la llegada del islam. Estas prácticas persistieron durante el califato y parecen haber hecho caso omiso de las prohibiciones coránicas contra su uso. Autores como Albumassar redactaron tratados sobre el ocultismo que serían citados por los practicantes de la alta magia en occidente, y hasta la famosa enciclopedia del siglo X, conocida como el Firhest (Kitab-Firhist) hace mención de asuntos mágicos, citando tratados más antiguos provenenientes de fuentes babilonias, sirias y persas. El gran mago y alquimista Surawardi, fundador del "iluminismo" de los sufíes, se ganó la ira del legendario sultán Saladino (Saladin-ibn-Yusuf) de Egipto, el principal contrincante de los cruzados. La furia de Saladino no tenía nada que ver con las artes mágicas de Surawardi ni con sus experimentos de alquimia: uno de los hijos del sultán comenzaba a manifestar una fascinación por las enseñanzas del sufí, y Saladino temía que acabase por convertirse en un hereje.
El islam era tanto o más estricto que el cristianismo en su postura contra las ciencias ocultas: el uso de la magia quedaba oficialmente prohibido, su práctica siendo declarada "haram" (vedada). Asimismo se prohibía solicitar el consejo de aquellos que la practicaban, y aun menos procurar la ayuda de un mago para producir cambios en el mundo material. Hasta el dinero y los bienes materiales obtenidos por arte de magia (incluyendo los tres deseos tradicionalmente concedidos por un genio) resultarían que el beneficiario quedara proscrito ante los ojos de Alá.
Los textos religiosos del islam ofrecen una explicación curiosa sobre la manera en que las artes negras penetraron nuestro mundo: en tiempos del rey Salomón, un par de ángeles bajó a la tierra para impartir el conocimiento de la magia a los interesados, después de advertir a sus pupilos que el hacer caso a sus enseñanzas les haría dejar de creer en Alá, resultando en una situación asemejada a "la separación de un hombre y una mujer". El pensamiento islámico medieval también creía que los practicantes de las artes negras no podían dañar a sus congéneres "a menos que lo permitiese Alá" por algún motivo u otro.
Como protección contra las artimañas de los hechiceros, el Corán alenta a los creyentes a recitar ciertos "suras" y dar limosna regularmente. También se aconsejaba portar ciertos versos del Corán, escritos sobre piel de ciervo, dentro de la ropa y cerca de la piel. Dado su origen en las sagradas escrituras, estos versos no eran considerados como amuletos, que también están proscritos por el islam.
De especial interés para la parapsicología es el hecho de que el islam ofrece una oración especial para la protección "contra jinas que arrojan piedras contra el hogar". La víctima de este fenómeno poltergeist tenía que tomar una de las piedras y decir en voz alta: "Alá me es suficiente y me satisface; Alá oye a quienes lo llaman. No hay nada ni nadie más que Alá". Se aconsejaba a los musulmanes -quizás tanto o más obsesionados que sus vecinos bizantinos con los efectos del mal de ojo- que recitaran el octagésimoséptimo verso del al-Anbiya como protección.
Es muy posible que Raimundo de Aguilers fuese poco sincero sobre la veda impuesta sobre los cruzados en cuanto a las prácticas mágicas. Es casi seguro que muchos de los guerreros que intentaban escalar las murallas de Antioquía o Jerusalén, estaban envalentonados por la sensación de invulnerabilidad que les confería la "chemise de necessité" (literalmente, "camisa de necesidad") que llevaban bajo sus cotas de malla. Dicha prenda supuestamente ofrecía protección mágica contra toda clase de arma, siendo capaz de desviar tanto golpes de espada como flechas. Para ser útil, era necesario que una virgen la urdiese durante una sola noche durante la semana de Navidad, a la vez mientras que pronunciaba una serie de palabras mágicas. Dicha camisa, debidamente elaborada, también era capaz de hacer al guerrero invisible a sus adversarios.
Y no era mala idea gozar de semejante protección, ya que los hechiceros europeos de la era de las cruzadas tenían la fama de poder disparar flechas mágicas dirigidas por elementales u otros seres controlados por el mago. Estos arqueros sobrenaturales, conocidos como "sagitarios", eran una preocupación mayúscula en el campo de batalla medieval.
¿Hay algo de cierto en cuanto al papel que desempeñaron los practicantes de la magia en la edad media? Los lectores de nuestros tiempos ciertamente saben que durante "el tiempo de la quema" los magos en Europa Occidental perecieron en la hoguera. ¿Pero se daba lo mismo en Europa Oriental, en el Medio Oriente, o en el Norte de Africa? Las élites políticas y religiosas del momento no sólo permitían el uso de la magia, sino que aprobaban su uso.
Brujas en las cruzadas
Se nos ha enseñado que la "era de hierro" que conocemos como el Medioevo era una sucesión de batallas en un mundo dónde había poca oportunidad de hacer otra cosa que guerrear. Otras fuentes, no obstante, señalan que el estudio de las fuerzas sobrenaturales florecía en aquel momento la magia se aplicaba de manera activa. Durante el asedio de Jerusalén por los cruzados (1099 d.c.), llegó a decirese que los defensores musulmanes se valían de hechiceras para defenderse contra los cristianos. Una de estas crónicas menciona que el caballero francés Raimundo de Aguilers observó la manera en que el enemigo hacía uso de las artes mágicas. Dos brujas, según la crónica, se encontraban en las almenas de la muralla, lanzando conjuros contra una de las máquinas de asedio de los cruzados. Pero su magia parece no haber sido tan poderosa como pensaban, ya que las hechiceras murieron cuando una piedra lanzada por una catapulta cristiana acertó en el blanco. Aguilers menciona de pasada que los cruzados tenían vedado hacer uso de la magia durante su "santa empresa". Este planteamiento suscita posibilidades de interes: ¿había hechiceros o brujos al servicio de los ejércitos medievales? ¿Sería como en las novelas de fantasía heróica, en dónde no puede faltar un hechicero frotándose las sienes mientras que arroja maleficios contra sus adversarios?
No existen dudas sobre la existencia y el uso de la hechicería en el mundo islámico de aquel momento en la historia, dado que la península arábiga había estado cundida de pócimas mágicas, amuletos y talismanes de gran poder, así como la creencia en efreetis y jinas, desde antes de la llegada del islam. Estas prácticas persistieron durante el califato y parecen haber hecho caso omiso de las prohibiciones coránicas contra su uso. Autores como Albumassar redactaron tratados sobre el ocultismo que serían citados por los practicantes de la alta magia en occidente, y hasta la famosa enciclopedia del siglo X, conocida como el Firhest (Kitab-Firhist) hace mención de asuntos mágicos, citando tratados más antiguos provenenientes de fuentes babilonias, sirias y persas. El gran mago y alquimista Surawardi, fundador del "iluminismo" de los sufíes, se ganó la ira del legendario sultán Saladino (Saladin-ibn-Yusuf) de Egipto, el principal contrincante de los cruzados. La furia de Saladino no tenía nada que ver con las artes mágicas de Surawardi ni con sus experimentos de alquimia: uno de los hijos del sultán comenzaba a manifestar una fascinación por las enseñanzas del sufí, y Saladino temía que acabase por convertirse en un hereje.
El islam era tanto o más estricto que el cristianismo en su postura contra las ciencias ocultas: el uso de la magia quedaba oficialmente prohibido, su práctica siendo declarada "haram" (vedada). Asimismo se prohibía solicitar el consejo de aquellos que la practicaban, y aun menos procurar la ayuda de un mago para producir cambios en el mundo material. Hasta el dinero y los bienes materiales obtenidos por arte de magia (incluyendo los tres deseos tradicionalmente concedidos por un genio) resultarían que el beneficiario quedara proscrito ante los ojos de Alá.
Los textos religiosos del islam ofrecen una explicación curiosa sobre la manera en que las artes negras penetraron nuestro mundo: en tiempos del rey Salomón, un par de ángeles bajó a la tierra para impartir el conocimiento de la magia a los interesados, después de advertir a sus pupilos que el hacer caso a sus enseñanzas les haría dejar de creer en Alá, resultando en una situación asemejada a "la separación de un hombre y una mujer". El pensamiento islámico medieval también creía que los practicantes de las artes negras no podían dañar a sus congéneres "a menos que lo permitiese Alá" por algún motivo u otro.
Como protección contra las artimañas de los hechiceros, el Corán alenta a los creyentes a recitar ciertos "suras" y dar limosna regularmente. También se aconsejaba portar ciertos versos del Corán, escritos sobre piel de ciervo, dentro de la ropa y cerca de la piel. Dado su origen en las sagradas escrituras, estos versos no eran considerados como amuletos, que también están proscritos por el islam.
De especial interés para la parapsicología es el hecho de que el islam ofrece una oración especial para la protección "contra jinas que arrojan piedras contra el hogar". La víctima de este fenómeno poltergeist tenía que tomar una de las piedras y decir en voz alta: "Alá me es suficiente y me satisface; Alá oye a quienes lo llaman. No hay nada ni nadie más que Alá". Se aconsejaba a los musulmanes -quizás tanto o más obsesionados que sus vecinos bizantinos con los efectos del mal de ojo- que recitaran el octagésimoséptimo verso del al-Anbiya como protección.
Es muy posible que Raimundo de Aguilers fuese poco sincero sobre la veda impuesta sobre los cruzados en cuanto a las prácticas mágicas. Es casi seguro que muchos de los guerreros que intentaban escalar las murallas de Antioquía o Jerusalén, estaban envalentonados por la sensación de invulnerabilidad que les confería la "chemise de necessité" (literalmente, "camisa de necesidad") que llevaban bajo sus cotas de malla. Dicha prenda supuestamente ofrecía protección mágica contra toda clase de arma, siendo capaz de desviar tanto golpes de espada como flechas. Para ser útil, era necesario que una virgen la urdiese durante una sola noche durante la semana de Navidad, a la vez mientras que pronunciaba una serie de palabras mágicas. Dicha camisa, debidamente elaborada, también era capaz de hacer al guerrero invisible a sus adversarios.
Y no era mala idea gozar de semejante protección, ya que los hechiceros europeos de la era de las cruzadas tenían la fama de poder disparar flechas mágicas dirigidas por elementales u otros seres controlados por el mago. Estos arqueros sobrenaturales, conocidos como "sagitarios", eran una preocupación mayúscula en el campo de batalla medieval.
Dom Abr 18, 2021 9:25 pm por L
» ¡No te vayas sin despedirte! Escribe tu impresión final sobre el sitio...
Vie Dic 25, 2020 10:55 am por Levanah
» reconociendo una nueva era
Dom Sep 06, 2020 6:28 pm por Valentine
» ocho años después...
Vie Jun 08, 2018 1:48 am por Mr: Shinigami
» telekinesis una ayuda
Miér Mar 28, 2018 12:27 pm por metamax
» suprimir los pensamientos
Miér Mar 28, 2018 11:58 am por metamax
» Investigación energía
Lun Jul 18, 2016 10:17 pm por Angelox
» Horóscopos
Mar Jul 12, 2016 12:56 am por OjosOxidados
» NO DEJEN MORIR A ALBION
Dom Jul 03, 2016 12:53 am por Lucy-Lied20