Edward Alexander Crowley nació en Inglaterra en 1875 y fue uno de los más grandes ocultistas de siglo pasado (por no decir el mayor). Su padre era un acaudalado cervecero que nació de nuevo al aceptar a Jesucristo y se unió a la estricta denominación de los Hermanos Elegidos de Plymouth. Como resultado de su conversión, el padre de Crowley vendió su malvada cervecería y usó los recursos para apoyar su ministerio. La madre de Crowley también fue una cristiana muy estricta y devota, pero desafortunadamente lo que tenía en fe le faltaba en capacidad maternal.
El padre de Crowley viajaba por los campos predicando en las calles, y la madre de Crowley se quedó atrás para criar al pequeño Edward, quien se volvió en una terrible pesadilla como hijo de predicador.
Corwley de pequeño
Evidentemente era un niño muy inteligente y precoz, lleno de necedades, como muchos niños (Pr 22:15). Una vez durante un berrinche, ella le dijo al niño, quien apenas tenia seis años, que era tan malvado que seguramente era la "gran bestia" del libro de Apocalipsis.
Desafortunadamente, el pequeño Crowley aceptó el insulto y lo llevaba como una medalla al mérito. Se rebeló violentamente contra cualquier clase de religión, y luego ya de adulto, bautizó a una rana con el nombre de "Jesucristo" y procedió a crucificar a la desafortunada criatura cabeza abajo.
Luego de finalizar sus estudios universitarios, Crowley se unió a una sociedad ocultista/masónica, La antigua Orden Hermética del Atardecer Dorado. Fue durante ese tiempo que comenzó a vestirse y a actuar como un hacendado escocés y cambió su nombre a «Aleister» para que sonara escocés. No fue coincidencia el hecho de que el nombre Aleister Crowley sumara 666 en la numerología hebrea, griega e inglesa.
Pronto superó el Atardecer dorado y le expulsaron por tratar de tomar el control. Fue un poeta pasable tremendo escalador de montañas y cazador, un maestro en el ajedrez que podía jugar ocho juegos a la vez con una venda puesta, así como un dedicado estudiante de yoga y meditación oriental. Trató de escalar la segunda montaña más alta del mundo, (el famoso K-2), y se dice que fue responsable de la muerte de gran parte de la expedición.
También tenía un agudo y cáustico sentido del humor, una seria adicción a la cocaína y a la heroína, y era muy racista y antisemita. Aparte e todo esto, llegó a ser uno de los ocultistas más influyentes del siglo pasado, y ciertamente el satanista más importante. Un prominente ocultista (Kenneth Grant) ha escrito de Crowley que era "la flor... de todo el ocultismo occidental y su literatura". ¡Probablemente estaba lleno de demonios de pies a cabeza!
Creía haber hecho lo que muy pocos ocultistas habían logrado hacer: cruzar el «Gran abismo», un «hoyo negro» espiritual que existe entre el séptimo y el octavo grado de los rangos mágicos.
En ese momento, se dice que llegó a ser un Magister Templi (Maestro del templo) y adoptó el máximo título de su carrera mágica, TO MEGA TERION: que en griego quiere decir «La gran bestia».
¿UN NUEVO EÓN?
Crowley pensaba que el acontecimiento más importante en su vida fue el contacto con una «inteligencia superhumana y extraterrestre» llamada Aiwass. Esto ocurrió en 1904, cuando estaba con Rose, la primera de varias esposas, en el museo del Cairo durante su luna de miel. Ella fue tomada por una fuerza espiritual y dirigió a Crowley por un corredor hasta una exhibición que mostraba una singular estela egipcia (una loza cuadrada de piedra un tanto parecida a una de las tabletas de los «Diez Mandamientos» con jeroglíficos y arte egipcio sobre ella).
Se trataba de la estela de un sacerdote egipcio llamado Ankh-af-na-Khonsu, y el número de esta pieza era 666. Para una persona con tanto entrenamiento mágico como Aleister, esto sólo podía ser una señal de inmensas proporciones, ya que había hecho de ese número el tema cabalístico de su carrera. Luego durante esa misma semana, a principios de abril, su esposa «canalizo» a este ser, Aiwass (es decir ella funcionó como médium en trance, y un demonio habló a través de ella).
Por espacio de tres días dictó, a través de ella, el «Libro de la ley» (Liber Al Vel Legis). Una plena «revelación» satánica. Un libro de verdaderas doctrinas de demonios, espantoso en todo su inmundo contenido.
Crowley llegó a creerse la reencarnación de Ankh-af-na-Khonsu y que aquel breve libro que recibió era la «Biblia» para una nueva era de la historia humana. Creía que el reinado de Jesús (la Era de Osiris, el dios muerto y resucitado) había terminado y que un nuevo dios, el «niño conquistador y coronado», había asumido el trono del cielo.
Este nuevo dios se manifestaba de dos maneras: Heru-Par-Kraat, una divinidad benigna y sanadora, y Ra-Hoor-Khuit, el dios de la guerra que tenia cabeza de halcón. Estas eran las deidades gemelas egipcias que se conocen como Horus y Set.
Esta experiencia marcó la vida de Crowley. Trató de fundar una religión, que llamó Telema (de la palabra griega que quiere decir "voluntad") o crowleyanismo, y produjo una tremenda cantidad de libros de poesía, ritos y enseñanzas mágicas. La regla cardinal de su religión , contenida en el Liber Al, era: "Hacer lo que quieras será el todo de la ley, el amor es la ley, amor sometido a la voluntad".
Creía que la antigua era de Jesús estaba dominada por el amor (ágape en griego), pero la Nueva Era de Horus o Set, ese amor sería subordinado a la férrea voluntad (telema) del maestro mago supremo.
Se sabía que simpatizaba con el auge de Hitler, y algunos de los discípulos de Crowley han dicho desde entonces que Hitler fue el resultado de los intentos mágicos de Crowley para conjurar a «el señor guerrero de la década del cuarenta» (una frase profética del Liber Al). No se sabe si Hitler sabía algo acerca de Crowley, no hay evidencia histórica alguna, aunque ambos odiaban a los judíos y estaban fascinados por la magia negra.
Crowley tuvo muchas mujeres y varios hombres (era abiertamente bisexual) y arruinó las vidas de casi todos ellos. Rose, su primera esposa, terminó en una institución para alcohólicos.
Además de ser antisemita y racista, era bastante sexista. Enseñaba que las mejores mujeres eran prostitutas, y la experiencia religiosa más sublime a la cual mujer alguna pudiera aspirar era tener relaciones con «La bestia» (??).
Por eso, tendía a burlarse, al comienzo del movimiento Wicca, de su amigo y colega (endemoniado como él), Gerald Gardner.
Rehusaba convertirse en un brujo porque decía que no quería que lo mandaran un grupo de mujeres.
Trató de fundar una abadía dedicada a su religión satánica en la isla de Sicilia, pero fue expulsado del país por el régimen de Mussolini debido a su crasa inmoralidad, una muerte muy sospechosa, y rumores de sacrificios humanos. Pasó sus años finales adicto a la heroína viviendo junto a un cementerio en Inglaterra. Cuando finalmente murió en 1947, su funeral escandalizó a la prensa británica. Se leyó su mejor poema, «The Hymn to Pan» (El himno al Pan), sobre su féretro y la prensa lo catalogó como una autentica misa negra.
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