Un pacto, alguna forma de acuerdo con la vida, dejando de escaparle a lo real del vivir. Un golpe energético que abra tu corazón. Salir de esa fantasía que agobia, suele causar desesperación o terror. ¿Dónde pretendes esconderte?. Sabes que algún día te encontrarás.
Escaparle a lo real que se siente en lo escondido no te llevará lejos, solo a esos lugares donde alguna vez encontraste cobijo, y hoy, en este presente aquello ya no esta. Duelos de inviernos calentitos.
Darle rienda a lo nuevo, no es olvidar lo que tanto en un pasado nos hizo bien o mal. Pactar con el vivir es buscar algún buen momento para sentir. Hablar de esos restos que quedaron al transitar la vida. Para intentar hablar de eso, de lo que nunca hablaste con nadie, no hay que tener alguna edad en particular. Lo particular eres tu. Y la rienda lastre que hoy te animas a soltar-hablar después de tantos años, hará surgir un pacto con aquel que este dispuesto a escucharte. Aquel que escucha será alguien que no deberá imponer su punto de vista.
El que escucha un pade(s)cer, si es un psicoanalísta, pactará con un:
- “te ayudo, mas no te diré lo que debes hacer”. Respetando de esta forma tu sentir, inaugurando un nuevo espacio para que puedas duelar tu penar.
Un análisis transmite energía, aquella que viene del deseo. Ese que no se conforma con el sufrir.
El pacto es que hables, que pongas en palabras tu malestar. El pacto que hace un analista, si decide tomarte en análisis, es escucharte e intervenir en el momento preciso, con un decir o corte de sesión, que limite la falsa vida.
Ese espacio particular que estableces con tu analista debe ser algo particular y necesario, si sientes que no es así la cosa no funciona.
Para consultar hay que tener deseos de indagar. La premisa será un:
-“solo ya no puedo seguir”. Si todavía crees que puedes resolver solo el problema no consultes a un analista, te ahorras tiempo y dinero.
Si ya no puedes, y quieres establecer un nuevo pacto para vivir, busca alguien que desee escucharte.
Busca. Busca para salir de eso que explota lo mejor de ti. Si hay algo que aplasta es porque hay explotación, algo que no te deja ser un sujeto vivo, que vive en tu fantasía y te consume, y te saca la energía de vivir.
Psicoanálisis como golpe energético de deseo que disuelve toda superstición.
Buscando momentos que te hagan sentir la vida.
Desesperados. Sujetos desesperados por sentir que están vivos, que viven, que sienten el corazón latir, y suponen que es posible un vivir diferente.
Pactar con la vida. Acuerdos para sentir el vivir. Un análisis es un punto, un punto de basta, un basta de maltratarte, un pacto.
Para acceder al amor hay que vérselas con la desesperación y el terror. Para salir del sufrir “hace falta” dejar de soñar en un mañana imaginario.
Y el minutero que corre, corriéndote en la vida. No te corras del vivir.
Escaparle a lo real que se siente en lo escondido no te llevará lejos, solo a esos lugares donde alguna vez encontraste cobijo, y hoy, en este presente aquello ya no esta. Duelos de inviernos calentitos.
Darle rienda a lo nuevo, no es olvidar lo que tanto en un pasado nos hizo bien o mal. Pactar con el vivir es buscar algún buen momento para sentir. Hablar de esos restos que quedaron al transitar la vida. Para intentar hablar de eso, de lo que nunca hablaste con nadie, no hay que tener alguna edad en particular. Lo particular eres tu. Y la rienda lastre que hoy te animas a soltar-hablar después de tantos años, hará surgir un pacto con aquel que este dispuesto a escucharte. Aquel que escucha será alguien que no deberá imponer su punto de vista.
El que escucha un pade(s)cer, si es un psicoanalísta, pactará con un:
- “te ayudo, mas no te diré lo que debes hacer”. Respetando de esta forma tu sentir, inaugurando un nuevo espacio para que puedas duelar tu penar.
Un análisis transmite energía, aquella que viene del deseo. Ese que no se conforma con el sufrir.
El pacto es que hables, que pongas en palabras tu malestar. El pacto que hace un analista, si decide tomarte en análisis, es escucharte e intervenir en el momento preciso, con un decir o corte de sesión, que limite la falsa vida.
Ese espacio particular que estableces con tu analista debe ser algo particular y necesario, si sientes que no es así la cosa no funciona.
Para consultar hay que tener deseos de indagar. La premisa será un:
-“solo ya no puedo seguir”. Si todavía crees que puedes resolver solo el problema no consultes a un analista, te ahorras tiempo y dinero.
Si ya no puedes, y quieres establecer un nuevo pacto para vivir, busca alguien que desee escucharte.
Busca. Busca para salir de eso que explota lo mejor de ti. Si hay algo que aplasta es porque hay explotación, algo que no te deja ser un sujeto vivo, que vive en tu fantasía y te consume, y te saca la energía de vivir.
Psicoanálisis como golpe energético de deseo que disuelve toda superstición.
Buscando momentos que te hagan sentir la vida.
Desesperados. Sujetos desesperados por sentir que están vivos, que viven, que sienten el corazón latir, y suponen que es posible un vivir diferente.
Pactar con la vida. Acuerdos para sentir el vivir. Un análisis es un punto, un punto de basta, un basta de maltratarte, un pacto.
Para acceder al amor hay que vérselas con la desesperación y el terror. Para salir del sufrir “hace falta” dejar de soñar en un mañana imaginario.
Y el minutero que corre, corriéndote en la vida. No te corras del vivir.
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