De la Magia
La Magia puede ser descrita de muchas formas, y significar otras tantas. La Magia, desde mi personal visión, es un conjunto dinámico de técnicas muy variadas ejecutadas con el fin de causar un efecto deseado mediante una supuesta alteración de la línea de sucesión de los acontecimientos.
En primer lugar, es un conjunto dinámico de técnicas muy variadas. La Magia alberga muchos sistemas de trabajo, cada sistema con sus propias técnicas. La Wicca, la Magia Natural, la Magia del Caos, la Magia Urbana, la Magia Pagana, la Magia del Hielo, la Magia Mental o la Necromancia son sólo ejemplos de los múltiples senderos que alguien interesado en el tema puede tomar. Algunos sistemas pueden tener su propia ética y estilo de vida, como es el caso de la Wicca. Otros pueden creer en determinadas deidades, como el sistema ya citado, la Magia del Hielo, la Magia Urbana o la Magia Pagana. E incluso algunos pueden estar libres de creencias, adoraciones o éticas establecidas, como la Magia del Caos. Se presenta una gran variedad de sistemas y metodologías, y son todos dinámicos porque nacen, crecen y mueren. Hay sistemas mágicos que se han perdido y han desaparecido, otros que con el paso del tiempo incrementan su actividad e incorporan nuevos aspectos a su metodología, crean historia. También hay algunos que no alcanzan ni el siglo desde que aparecieron porque, como cualquier otra técnica o ciencia, cambia irremediablemente con la propia evolución humana. Nuestra especie avanza, o eso puede parecer (en algunos aspectos hasta retrocede, desgraciada y vergonzosamente), y con su dinámica, arrastra otros aspectos de la vida, provocando en ellos un cambio también. La principal fuente de conocimiento del ser humano es la historia. Afortunadamente, contamos con los fallos que otros tuvieron tiempo atrás, para poder evitar cometerlos nosotros y rectificar. Sin embargo, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces, o siempre, con la misma piedra. A nuestros antepasados les debemos más que a nadie, les debemos todo. Y nuestra futura descendencia tiene el derecho de existir en un mundo mejor que el nuestro. Es por ello que debemos esmerarnos en cuidar de él y mejorarlo. Cambiarlo sólo para bien, igual que muchos, aunque no todos, de nuestros antepasados procuraron.
Volviendo al tema, con el fin de causar un efecto deseado, porque toda técnica tiene una meta, un objetivo. Toda acción inteligente tiene un fin esperado.
Mediante una supuesta alteración de la línea de los acontecimientos. El universo es, entre otras muchas cosas, un complejo sistema de sucesos y acontecimientos interrelacionadas entre sí, de tal forma que toda acción, absolutamente toda, tiene una causa y una consecuencia, argumento sencillamente refutado por la Tercera ley de Newton (Acción – Reacción). Esto nos lleva a plantearnos varias cuestiones, como ¿Qué o quién comenzó la cadena de sucesos? O ¿Todo está previamente determinado? Y estas dos preguntas pueden llevarnos a otras muchas incógnitas, todas difíciles de dar respuesta. Pero solucionar estos interrogantes vitalicios no es el objeto del presente escrito. Es por esto por lo que me refiero a la supuesta alteración, porque algunos pueden creer que la Magia altera la normalidad del universo. Pero los que creen que todo está previamente determinado y planeado, deben saber que todas las acciones suceden porque tienen que suceder (valga la redundancia), necesariamente. No hay alteraciones; porque estas, de nuevo, supuestas alteraciones, ya estaban predeterminadas. Iban a suceder porque así estaba planeado. Así, sencillamente, la negativa frase la Magia es anormal, puede transformarse en la Magia es lógica y coherente, igual que cualquier otra técnica o ciencia. Claro que para mí, como para mucha otra gente, no existe la anormalidad, porque, voluntariamente, deseché el concepto de normalidad.
La Magia, para producir los efectos que desea su practicante, se vale de una serie de fuerzas y energías presentes en el universo y en los distintos planos de éste. Cualquier efecto que pretenda lograrse mediante la Magia puede ser posible si se reúnen las energías y fuerzas suficientes y adecuadas. Muchas de estas energías pueden estar dominadas por seres inteligentes, o proceder de ellos, incluso de nosotros mismos. El problema pues, no reside en la virtual imposibilidad de lo que se quiere conseguir, sino en la forma de concentrar las energías y fuerzas que se necesitan y encauzarlas, dirigirlas, canalizarlas para el fin que se pretende. Esa es la técnica básica y común de todas las ramas metodológicas de la Magia; concentrar fuerzas para canalizarlas con un fin.
Una de las costumbres del ser humano, podríamos hablar casi de afición, es hablar acerca de lo que no sabe. Muchas personas advierten a otros de los peligros que entrañan determinadas acciones si se llevan a cabo. Para ello, vuelvo a referirme, contamos con la historia. Podemos también conocer el peligro de algo mediante el sentido común, la inducción (la experiencia) o la deducción (un sistema menos fiable y más laborioso). La ignorancia también puede resultar peligrosa. Por eso, lo mejor es ser guiado por la prudencia. La curiosidad es lo que nos lleva a buscar, descubrir y conocer. Pero por algo se forjó la cita la curiosidad mató al gato, porque todo lo que no conocemos y a lo que nos aventuramos a descubrir (sobretodo si no contamos con la historia), puede entrañar peligros, por supuesto. Como ya he dicho, lo mejor es guiarse por la prudencia, teniendo en cuenta que hay muchas personas con una prudencia más cultivada. Aunque hay que saber diferenciar entre los que poseen una prudencia más nutrida (a base de experiencia) que la nuestra, de los que son habladores-acerca-de-lo-que-no-conocen. Y descubriremos así que los primeros son curiosos, y los segundos ignorantes. Que los primeros crean historia, y los segundos mitos, leyendas, cuentos y supersticiones.
La Moral ha de ser tocada en este tema, claro está, porque como toda técnica y acción humana, la Magia debe estar salpicada por ésta. La moral no es algo establecido y oficiado. La moral no es Ley. La moral no está escrita, sencilla y llanamente, porque hay tantas morales como seres humanos. O mejor dicho, hay tantas morales como seres inteligentes y libres, lo que da mayor calibre al asunto. Se habla de la Ley Natural, unas pocas normas básicas con las que cuenta la mayoría de los seres inteligentes para poder convivir. Aunque claro está, la Ley Natural estará presente en la conciencia de aquellos seres inteligentes que tienden a una actitud social. Matar y causar daño físico o psicológico (ambos daños albergan una gran cantidad de acciones, algunas de las cuales inimaginables; humillación, tortura, robo, blasfemia, violación, represión...) pueden ser dos de las leyes naturales. De lo que estoy seguro, en parte, es que son al menos dos de mis propias leyes. Pero lo que no puedo dar por sentado es que todo ser inteligente las comparta conmigo, porque hay personas que matan, y personas que causan daños físicos y psicológicos. Entonces ¿La Ley Natural es real? Por extraño que parezca (y no tanto si consideramos la Ley Natural como una Idea), primero debemos averiguar cual es el contenido de la Ley Natural, algo rotundamente imposible.
El Derecho y la Ética (dos aspectos vitalicios tan interesantes como complejos) tampoco son objeto de este escrito. Sólo referirme al tema para poder sentenciar mi moral, la moral en la que se basa mi metodología: Ni mates (a cualquier ser vivo) ni dañes ni sometas (a cualquier ser). Puede sorprender, pero realmente puedo decir sólo eso, y con cierta duda, porque, como todo el mundo, no sabré si algún día llevaré a cabo dichas acciones. Esta duda nace de unas propiedades necesarias del ser humano; la libertad y la voluntad. Para conducirlas existe la moral, conducirlas ya sea correcta o incorrectamente, en función de la moral de quien opine. Matar a alguien es difícil si tu moral lo contradice, y someter a alguien, omitir su libertad y voluntad para imponerle las tuyas, también puede resultar difícil, aunque no tanto como la anterior, he de aclarar. ¿Quién sabe si alguna inocente y desinteresada acción tiene como consecuencia una muerte o un daño inesperados? Pero ya sabemos que hablamos de matar y dañar con intención, no os preocupéis ni os sintáis culpables. Cuantos más acontecimientos distancien la acción de la muerte o el daño, mejor. Ese pensamiento es egoísta, porque lo decimos mentalmente pensando en esa acción como una llevada a cabo por nosotros mismos. Aunque podemos consolarnos diciendo que es muy posible que nuestra acción fuera consecuencia de otras anteriores, y por ello, causa, o una de las causas, del daño o la muerte. Para los que crean en la predestinación, es aún más sencillo; la gente muere y sufre daños porque así está establecido que sucediera. Ahora, eso sí, resultaría absolutamente repugnante y repulsivo que algún ser inteligente usara ese pretexto como excusa para justificar un sometimiento, un daño o una muerte intencionados. El universo es una complicada y delicada balanza.
A la Magia sólo se la colorea para determinar la moral que conduce la libertad y la voluntad del que la lleva a cabo. Quedaos con esto, es muy importante. Cada uno debe descubrir y seguir su propio sistema y camino, y si no existe, crearlo.
Otro de mis axiomas es; Todo es posible. Esto no es nada nuevo, todos conocemos la cita querer es poder. Sólo que para algunos, el poder está mucho más limitado, condicionado y restringido que el querer. Para otros, en los que me incluyo, no tanto, porque, en mi opinión, lo que no puede lograrse por tus propios medios puede lograrse, con mayor o menor dificultad, con una técnica o una ciencia, desarrollada y basada en la historia y la experiencia. Puede ser que cuentes con la ayuda de tan poca historia y experiencia, bien porque aún no haya, bien porque desconozcas, que no seas capaz de poder lo que quieres en el tiempo que limita tu vida. Pero no por ello es imposible. Por eso digo todo es posible, y no lograrás lo que te propongas, que suena a promesa demagógica, aunque se cumple en muchos casos, he de admitir. La Magia puede ser esa técnica, solo que su historia y su experiencia son tan flexibles, variables, incompletas, escasas u ocultas (úsense cuantos adjetivos se quiera), que puede resultar imprecisa, inadecuada o incluso absurda, para las mentes más escépticas, sin ánimo de ofender.
La Magia puede ser descrita de muchas formas, y significar otras tantas. La Magia, desde mi personal visión, es un conjunto dinámico de técnicas muy variadas ejecutadas con el fin de causar un efecto deseado mediante una supuesta alteración de la línea de sucesión de los acontecimientos.
En primer lugar, es un conjunto dinámico de técnicas muy variadas. La Magia alberga muchos sistemas de trabajo, cada sistema con sus propias técnicas. La Wicca, la Magia Natural, la Magia del Caos, la Magia Urbana, la Magia Pagana, la Magia del Hielo, la Magia Mental o la Necromancia son sólo ejemplos de los múltiples senderos que alguien interesado en el tema puede tomar. Algunos sistemas pueden tener su propia ética y estilo de vida, como es el caso de la Wicca. Otros pueden creer en determinadas deidades, como el sistema ya citado, la Magia del Hielo, la Magia Urbana o la Magia Pagana. E incluso algunos pueden estar libres de creencias, adoraciones o éticas establecidas, como la Magia del Caos. Se presenta una gran variedad de sistemas y metodologías, y son todos dinámicos porque nacen, crecen y mueren. Hay sistemas mágicos que se han perdido y han desaparecido, otros que con el paso del tiempo incrementan su actividad e incorporan nuevos aspectos a su metodología, crean historia. También hay algunos que no alcanzan ni el siglo desde que aparecieron porque, como cualquier otra técnica o ciencia, cambia irremediablemente con la propia evolución humana. Nuestra especie avanza, o eso puede parecer (en algunos aspectos hasta retrocede, desgraciada y vergonzosamente), y con su dinámica, arrastra otros aspectos de la vida, provocando en ellos un cambio también. La principal fuente de conocimiento del ser humano es la historia. Afortunadamente, contamos con los fallos que otros tuvieron tiempo atrás, para poder evitar cometerlos nosotros y rectificar. Sin embargo, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces, o siempre, con la misma piedra. A nuestros antepasados les debemos más que a nadie, les debemos todo. Y nuestra futura descendencia tiene el derecho de existir en un mundo mejor que el nuestro. Es por ello que debemos esmerarnos en cuidar de él y mejorarlo. Cambiarlo sólo para bien, igual que muchos, aunque no todos, de nuestros antepasados procuraron.
Volviendo al tema, con el fin de causar un efecto deseado, porque toda técnica tiene una meta, un objetivo. Toda acción inteligente tiene un fin esperado.
Mediante una supuesta alteración de la línea de los acontecimientos. El universo es, entre otras muchas cosas, un complejo sistema de sucesos y acontecimientos interrelacionadas entre sí, de tal forma que toda acción, absolutamente toda, tiene una causa y una consecuencia, argumento sencillamente refutado por la Tercera ley de Newton (Acción – Reacción). Esto nos lleva a plantearnos varias cuestiones, como ¿Qué o quién comenzó la cadena de sucesos? O ¿Todo está previamente determinado? Y estas dos preguntas pueden llevarnos a otras muchas incógnitas, todas difíciles de dar respuesta. Pero solucionar estos interrogantes vitalicios no es el objeto del presente escrito. Es por esto por lo que me refiero a la supuesta alteración, porque algunos pueden creer que la Magia altera la normalidad del universo. Pero los que creen que todo está previamente determinado y planeado, deben saber que todas las acciones suceden porque tienen que suceder (valga la redundancia), necesariamente. No hay alteraciones; porque estas, de nuevo, supuestas alteraciones, ya estaban predeterminadas. Iban a suceder porque así estaba planeado. Así, sencillamente, la negativa frase la Magia es anormal, puede transformarse en la Magia es lógica y coherente, igual que cualquier otra técnica o ciencia. Claro que para mí, como para mucha otra gente, no existe la anormalidad, porque, voluntariamente, deseché el concepto de normalidad.
La Magia, para producir los efectos que desea su practicante, se vale de una serie de fuerzas y energías presentes en el universo y en los distintos planos de éste. Cualquier efecto que pretenda lograrse mediante la Magia puede ser posible si se reúnen las energías y fuerzas suficientes y adecuadas. Muchas de estas energías pueden estar dominadas por seres inteligentes, o proceder de ellos, incluso de nosotros mismos. El problema pues, no reside en la virtual imposibilidad de lo que se quiere conseguir, sino en la forma de concentrar las energías y fuerzas que se necesitan y encauzarlas, dirigirlas, canalizarlas para el fin que se pretende. Esa es la técnica básica y común de todas las ramas metodológicas de la Magia; concentrar fuerzas para canalizarlas con un fin.
Una de las costumbres del ser humano, podríamos hablar casi de afición, es hablar acerca de lo que no sabe. Muchas personas advierten a otros de los peligros que entrañan determinadas acciones si se llevan a cabo. Para ello, vuelvo a referirme, contamos con la historia. Podemos también conocer el peligro de algo mediante el sentido común, la inducción (la experiencia) o la deducción (un sistema menos fiable y más laborioso). La ignorancia también puede resultar peligrosa. Por eso, lo mejor es ser guiado por la prudencia. La curiosidad es lo que nos lleva a buscar, descubrir y conocer. Pero por algo se forjó la cita la curiosidad mató al gato, porque todo lo que no conocemos y a lo que nos aventuramos a descubrir (sobretodo si no contamos con la historia), puede entrañar peligros, por supuesto. Como ya he dicho, lo mejor es guiarse por la prudencia, teniendo en cuenta que hay muchas personas con una prudencia más cultivada. Aunque hay que saber diferenciar entre los que poseen una prudencia más nutrida (a base de experiencia) que la nuestra, de los que son habladores-acerca-de-lo-que-no-conocen. Y descubriremos así que los primeros son curiosos, y los segundos ignorantes. Que los primeros crean historia, y los segundos mitos, leyendas, cuentos y supersticiones.
La Moral ha de ser tocada en este tema, claro está, porque como toda técnica y acción humana, la Magia debe estar salpicada por ésta. La moral no es algo establecido y oficiado. La moral no es Ley. La moral no está escrita, sencilla y llanamente, porque hay tantas morales como seres humanos. O mejor dicho, hay tantas morales como seres inteligentes y libres, lo que da mayor calibre al asunto. Se habla de la Ley Natural, unas pocas normas básicas con las que cuenta la mayoría de los seres inteligentes para poder convivir. Aunque claro está, la Ley Natural estará presente en la conciencia de aquellos seres inteligentes que tienden a una actitud social. Matar y causar daño físico o psicológico (ambos daños albergan una gran cantidad de acciones, algunas de las cuales inimaginables; humillación, tortura, robo, blasfemia, violación, represión...) pueden ser dos de las leyes naturales. De lo que estoy seguro, en parte, es que son al menos dos de mis propias leyes. Pero lo que no puedo dar por sentado es que todo ser inteligente las comparta conmigo, porque hay personas que matan, y personas que causan daños físicos y psicológicos. Entonces ¿La Ley Natural es real? Por extraño que parezca (y no tanto si consideramos la Ley Natural como una Idea), primero debemos averiguar cual es el contenido de la Ley Natural, algo rotundamente imposible.
El Derecho y la Ética (dos aspectos vitalicios tan interesantes como complejos) tampoco son objeto de este escrito. Sólo referirme al tema para poder sentenciar mi moral, la moral en la que se basa mi metodología: Ni mates (a cualquier ser vivo) ni dañes ni sometas (a cualquier ser). Puede sorprender, pero realmente puedo decir sólo eso, y con cierta duda, porque, como todo el mundo, no sabré si algún día llevaré a cabo dichas acciones. Esta duda nace de unas propiedades necesarias del ser humano; la libertad y la voluntad. Para conducirlas existe la moral, conducirlas ya sea correcta o incorrectamente, en función de la moral de quien opine. Matar a alguien es difícil si tu moral lo contradice, y someter a alguien, omitir su libertad y voluntad para imponerle las tuyas, también puede resultar difícil, aunque no tanto como la anterior, he de aclarar. ¿Quién sabe si alguna inocente y desinteresada acción tiene como consecuencia una muerte o un daño inesperados? Pero ya sabemos que hablamos de matar y dañar con intención, no os preocupéis ni os sintáis culpables. Cuantos más acontecimientos distancien la acción de la muerte o el daño, mejor. Ese pensamiento es egoísta, porque lo decimos mentalmente pensando en esa acción como una llevada a cabo por nosotros mismos. Aunque podemos consolarnos diciendo que es muy posible que nuestra acción fuera consecuencia de otras anteriores, y por ello, causa, o una de las causas, del daño o la muerte. Para los que crean en la predestinación, es aún más sencillo; la gente muere y sufre daños porque así está establecido que sucediera. Ahora, eso sí, resultaría absolutamente repugnante y repulsivo que algún ser inteligente usara ese pretexto como excusa para justificar un sometimiento, un daño o una muerte intencionados. El universo es una complicada y delicada balanza.
A la Magia sólo se la colorea para determinar la moral que conduce la libertad y la voluntad del que la lleva a cabo. Quedaos con esto, es muy importante. Cada uno debe descubrir y seguir su propio sistema y camino, y si no existe, crearlo.
Otro de mis axiomas es; Todo es posible. Esto no es nada nuevo, todos conocemos la cita querer es poder. Sólo que para algunos, el poder está mucho más limitado, condicionado y restringido que el querer. Para otros, en los que me incluyo, no tanto, porque, en mi opinión, lo que no puede lograrse por tus propios medios puede lograrse, con mayor o menor dificultad, con una técnica o una ciencia, desarrollada y basada en la historia y la experiencia. Puede ser que cuentes con la ayuda de tan poca historia y experiencia, bien porque aún no haya, bien porque desconozcas, que no seas capaz de poder lo que quieres en el tiempo que limita tu vida. Pero no por ello es imposible. Por eso digo todo es posible, y no lograrás lo que te propongas, que suena a promesa demagógica, aunque se cumple en muchos casos, he de admitir. La Magia puede ser esa técnica, solo que su historia y su experiencia son tan flexibles, variables, incompletas, escasas u ocultas (úsense cuantos adjetivos se quiera), que puede resultar imprecisa, inadecuada o incluso absurda, para las mentes más escépticas, sin ánimo de ofender.
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