Clarividente holandés con poderes para la curación, quien ganó fama internacional por su capacidad de localizar personas, animales y objetos perdidos.
Croiset nació el 10 de marzo de 1909 en Enschede, Holanda, de padres judíos que eran profesionales del teatro. Su clarividencia se manifestó antes de los seis años. No tuvo una niñez feliz; había sido desatendido por sus padres ‑que se divorciaron cuando él tenía ocho años y fue descuidado y objeto de abusos en una serie de orfanatos y hogares substitutos.
Frecuentemente lo castigaban por hablar de sus visiones. A los trece años dejó la escuela y comenzó a desempeñarse en una serie de oficios de bajo nivel y de mano de obra no calificada.
En 1934 Croiset se casó con Gerda ten Morsche, una mujer sin educación que era hija de un carpintero. El primero de sus cuatro hijos nació en 1935. Croiset abrió una tienda de alimentos, pero era un mal administrador. El momento decisivo de su vida llegó en 1935, cuando un antiguo cliente le presentó a unos espiritualistas locales que le ayudaron a desarrollar sus facultades psíquicas. Experimentaba sus visiones en forma simbólica y tuvo que aprender a interpretarlas.
De 1937 a 1940, la reputación psíquica de Croiset en Eenschede aumentó rápidamente. Trabajó de psicometrísta, localizando personas, objetos y animales. Por aquel entonces también manifestó la habilidad de sanar con las manos, y así fue que se ocupó de tratar soldados heridos en la Segunda Guerra Mundial.
El segundo momento decisivo en la vida de Croíset ocurrió en diciembre de 1945, cuando asistió a una conferencia sobre parapsicología ofrecida en Enschede por Willem Tenhaeff, de la Universidad de Utrecht. Tanto se entusiasmó Croiset, que se ofreció para ser uno de los sujetos de prueba de Tenhaeff.
Tras varios meses de pruebas en Utrecht, Tenhaeff concluyó que Croiset era uno de los psíquicos más notables que había encontrado; sus habilidades se mantenían bastante constantes.
Tenhaeff se convirtió en mentor de Croiset, introduciéndolo en el trabajo con la policía y sacándolo a relucir ante el público internacional. Parapsicólogos de todo el mundo examinaron a Croiset. Resolvió crímenes por lo menos en media docena de países, localizó documentos perdidos para oficiales públicos y ayudó a eruditos a identificar artefactos y manuscritos históricos. Su gran pasión era encontrar niños perdidos. Realizó muchas lecturas psíquicas por teléfono, el cual decía le ayudaba a reducir el número de imágenes mentales confusas a un mínimo.
Croiset escogía por intuición los trabajos en que le solicitaban sus servicios. Decía que sentía una vibración que le inundaba por dentro. Un problema serio generaba una imagen de muchos colores, los cuales giraban hasta formar cuadros definidos que parecían dispararse contra él como las imágenes de una película tridimensional.
Croiset no aceptaba pago por sus visiones psíquicas, aunque sí aceptaba donaciones para su clínica de curaciones, donde trataba más de cien pacientes al día. A1 ver a un paciente, sabía instantáneamente si lo podía ayudar o no y en qué forma. Algunas veces veía que las condiciones o enfermedades tenían un origen psíquico, asociado con experiencias pasadas. Ocasionalmente trataba también animales enfermos.
En 1953 se creó el Parapsychology Institute en la Universidad de Utrecht y Tenhaeff fue nombrado su director. En 1956 Croiset y su familia se mudaron de Enschede a Utrecht para estar más cerca de Tenhaeff.
Una de las contribuciones más significativas a la parapsicología que Croiset haya realizado fue el popularizar la "prueba de la silla", ejecutada por primera vez en 1920 por Pascal Forthuny. En tal prueba, se fijaba un lugar de reunión distante y una hora determinada. Las sillas del sitio estaban numeradas y una silla era seleccionada al azar como la "silla de prueba". Con una anticipación que iba de una hora a veinte y seis días anteriores al experimento, Croiset predecía quién se sentaría en la silla. Durante la reunión se escuchaba una grabación de su predicción y se verificaba la información acerca de quién ocupaba la silla. La primera prueba de la silla tuvo lugar en 1947 en Amsterdam, ante a una reunión de la Dutch Society for Psychical Research.
Croiset murió el 20 de julio de 1980. Desde entonces, su clínica para las curaciones continúa bajo la dirección de su hijo.
Croiset nació el 10 de marzo de 1909 en Enschede, Holanda, de padres judíos que eran profesionales del teatro. Su clarividencia se manifestó antes de los seis años. No tuvo una niñez feliz; había sido desatendido por sus padres ‑que se divorciaron cuando él tenía ocho años y fue descuidado y objeto de abusos en una serie de orfanatos y hogares substitutos.
Frecuentemente lo castigaban por hablar de sus visiones. A los trece años dejó la escuela y comenzó a desempeñarse en una serie de oficios de bajo nivel y de mano de obra no calificada.
En 1934 Croiset se casó con Gerda ten Morsche, una mujer sin educación que era hija de un carpintero. El primero de sus cuatro hijos nació en 1935. Croiset abrió una tienda de alimentos, pero era un mal administrador. El momento decisivo de su vida llegó en 1935, cuando un antiguo cliente le presentó a unos espiritualistas locales que le ayudaron a desarrollar sus facultades psíquicas. Experimentaba sus visiones en forma simbólica y tuvo que aprender a interpretarlas.
De 1937 a 1940, la reputación psíquica de Croiset en Eenschede aumentó rápidamente. Trabajó de psicometrísta, localizando personas, objetos y animales. Por aquel entonces también manifestó la habilidad de sanar con las manos, y así fue que se ocupó de tratar soldados heridos en la Segunda Guerra Mundial.
El segundo momento decisivo en la vida de Croíset ocurrió en diciembre de 1945, cuando asistió a una conferencia sobre parapsicología ofrecida en Enschede por Willem Tenhaeff, de la Universidad de Utrecht. Tanto se entusiasmó Croiset, que se ofreció para ser uno de los sujetos de prueba de Tenhaeff.
Tras varios meses de pruebas en Utrecht, Tenhaeff concluyó que Croiset era uno de los psíquicos más notables que había encontrado; sus habilidades se mantenían bastante constantes.
Tenhaeff se convirtió en mentor de Croiset, introduciéndolo en el trabajo con la policía y sacándolo a relucir ante el público internacional. Parapsicólogos de todo el mundo examinaron a Croiset. Resolvió crímenes por lo menos en media docena de países, localizó documentos perdidos para oficiales públicos y ayudó a eruditos a identificar artefactos y manuscritos históricos. Su gran pasión era encontrar niños perdidos. Realizó muchas lecturas psíquicas por teléfono, el cual decía le ayudaba a reducir el número de imágenes mentales confusas a un mínimo.
Croiset escogía por intuición los trabajos en que le solicitaban sus servicios. Decía que sentía una vibración que le inundaba por dentro. Un problema serio generaba una imagen de muchos colores, los cuales giraban hasta formar cuadros definidos que parecían dispararse contra él como las imágenes de una película tridimensional.
Croiset no aceptaba pago por sus visiones psíquicas, aunque sí aceptaba donaciones para su clínica de curaciones, donde trataba más de cien pacientes al día. A1 ver a un paciente, sabía instantáneamente si lo podía ayudar o no y en qué forma. Algunas veces veía que las condiciones o enfermedades tenían un origen psíquico, asociado con experiencias pasadas. Ocasionalmente trataba también animales enfermos.
En 1953 se creó el Parapsychology Institute en la Universidad de Utrecht y Tenhaeff fue nombrado su director. En 1956 Croiset y su familia se mudaron de Enschede a Utrecht para estar más cerca de Tenhaeff.
Una de las contribuciones más significativas a la parapsicología que Croiset haya realizado fue el popularizar la "prueba de la silla", ejecutada por primera vez en 1920 por Pascal Forthuny. En tal prueba, se fijaba un lugar de reunión distante y una hora determinada. Las sillas del sitio estaban numeradas y una silla era seleccionada al azar como la "silla de prueba". Con una anticipación que iba de una hora a veinte y seis días anteriores al experimento, Croiset predecía quién se sentaría en la silla. Durante la reunión se escuchaba una grabación de su predicción y se verificaba la información acerca de quién ocupaba la silla. La primera prueba de la silla tuvo lugar en 1947 en Amsterdam, ante a una reunión de la Dutch Society for Psychical Research.
Croiset murió el 20 de julio de 1980. Desde entonces, su clínica para las curaciones continúa bajo la dirección de su hijo.
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