Desde hace muchos años le he dado vueltas a la cuestión de Dios, pero ese no es el tema del que quiero escribir aunque no puedo hablar de esto sin hacerle mención. Soy alguien que busca respuestas conciliadoras, por eso me gusta pensar que Dios existe en la medida en que se cree en él. Así, para el cristiano es todopoderoso y para el ateo inexistente: todos tienen razón, todos felices. Eso también explica porqué cuando el creyente reza, ocurren milagros y cuando el ateo menos lo espera, una casualidad hace que todo salga bien. Son dos nombres para la misma cosa, pero ciertamente ambos son ciertos y reales.
Esto es a lo que quiero llegar: ¿Qué es lo que mueve las acciones del mundo?
Hay algunos que piensan que son demaciado pequeños: Esperan que Dios les baje todo del cielo, que el destino les traiga lo que les tiene deparado, que el azar y la fortuna los premien o que la casualidad ponga buenas fichas en su camino, pero no pueden hacer nada al respecto, después de todo, son sólo personas.
Por otra parte hay quienes piensan que lo pueden todo, que el Hombre lo puede todo: Los grandes humanistas y científicos, quienes que creen en el antropocentrismo reinante desde el renacimiento. Y yo pienso que en gran medida, los parapsicólogos igual estamos dentro de este grupo.
No nos engañemos. Quizá con llamar a Dios como "Energía" o "Inteligencia" universal no estamos haciendo más que bajarlo de su omnipotencia para quedarnos con algo de esa fuerza divina, o de plano negar su existencia o su forma de ser superior y atribuírnos todo ese poder, o la parte de él que si creemos que existe.
Pero qué es lo que efectivamente podemos "quitarle" a un dios omnipotente. En realidad, nada. Pero es una nada simbólica: lo único que podemos dejar de darle es la fe. Pero no la fe en su existencia, sino que en su poder, y tomar esa fuerza, ponerla en nosotros. La fe se transforma en fuerza y ¡Sorpresa! comenzamos a mejorar en el manejo de las energías, nos empieza a salir la telekinesis o conseguimos salir al astral.
Ojo: No estoy diciendo que atribuirnos el poder de "Dios" nos vaya a ayudar a mejorar nuestras habilidades. Es un ejemplo para mostrar que al creer que tenemos poder sobre el mundo (un poder que antes le atribuíamos a "Dios"), efectivamente conseguimos ese poder.
Ahora, ¿Qué pasaría si nos creyéramos pequeños dioses que todo lo pueden? ¿Todo lo podríamos? No realmente.
Nuestro ego es frágil. Le gusta henchirnos de orgullo, pero cuando ya no cabe más de él, se transforma en arrogancia y la arrogancia nos hiere, porque al ego le encanta lastimarnos para recordarnos su existencia. ¿Y qué hiere más al ego que el fracaso?
Ibas muy bien con tu telekinesis, pero un día no pudiste mover el psiwheel. Nada, cero, no sabes que pasa. Te deprimes, intentas al día siguiente. Nada otra vez, qué extraño, ya no sale, te bloqueaste, no lo entiendes. Tu orgullo se resiente, justo cuando pensabas que estabas listo para mostrárselo a alguien más. Pero ya no, se fue tu confianza. Otra vez a practicar desde el principio.
Aunque tengamos todo ese poder en nuestras manos, a la larga el ego te sabotea. Pero vamos, es posible superarlo. Aprendiendo de uno mismo podemos lograr evitar los intentos de suicidio del propio orgullo y llegar a domar aquel poder, pero ¿Ahora qué? No se. Yo en lo personal, creo que perdería la poca cordura que me queda, aunque a estas alturas uno ya no sabe lo que es bueno o malo. De todas formas sufriría bastante.
No es que el poder conlleve responsabilidad, es que el poder ES responsabilidad.
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Tenía ganas de filosofar un rato =P
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Hay algunos que piensan que son demaciado pequeños: Esperan que Dios les baje todo del cielo, que el destino les traiga lo que les tiene deparado, que el azar y la fortuna los premien o que la casualidad ponga buenas fichas en su camino, pero no pueden hacer nada al respecto, después de todo, son sólo personas.
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No nos engañemos. Quizá con llamar a Dios como "Energía" o "Inteligencia" universal no estamos haciendo más que bajarlo de su omnipotencia para quedarnos con algo de esa fuerza divina, o de plano negar su existencia o su forma de ser superior y atribuírnos todo ese poder, o la parte de él que si creemos que existe.
Pero qué es lo que efectivamente podemos "quitarle" a un dios omnipotente. En realidad, nada. Pero es una nada simbólica: lo único que podemos dejar de darle es la fe. Pero no la fe en su existencia, sino que en su poder, y tomar esa fuerza, ponerla en nosotros. La fe se transforma en fuerza y ¡Sorpresa! comenzamos a mejorar en el manejo de las energías, nos empieza a salir la telekinesis o conseguimos salir al astral.
Ojo: No estoy diciendo que atribuirnos el poder de "Dios" nos vaya a ayudar a mejorar nuestras habilidades. Es un ejemplo para mostrar que al creer que tenemos poder sobre el mundo (un poder que antes le atribuíamos a "Dios"), efectivamente conseguimos ese poder.
Ahora, ¿Qué pasaría si nos creyéramos pequeños dioses que todo lo pueden? ¿Todo lo podríamos? No realmente.
Nuestro ego es frágil. Le gusta henchirnos de orgullo, pero cuando ya no cabe más de él, se transforma en arrogancia y la arrogancia nos hiere, porque al ego le encanta lastimarnos para recordarnos su existencia. ¿Y qué hiere más al ego que el fracaso?
Ibas muy bien con tu telekinesis, pero un día no pudiste mover el psiwheel. Nada, cero, no sabes que pasa. Te deprimes, intentas al día siguiente. Nada otra vez, qué extraño, ya no sale, te bloqueaste, no lo entiendes. Tu orgullo se resiente, justo cuando pensabas que estabas listo para mostrárselo a alguien más. Pero ya no, se fue tu confianza. Otra vez a practicar desde el principio.
Aunque tengamos todo ese poder en nuestras manos, a la larga el ego te sabotea. Pero vamos, es posible superarlo. Aprendiendo de uno mismo podemos lograr evitar los intentos de suicidio del propio orgullo y llegar a domar aquel poder, pero ¿Ahora qué? No se. Yo en lo personal, creo que perdería la poca cordura que me queda, aunque a estas alturas uno ya no sabe lo que es bueno o malo. De todas formas sufriría bastante.
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