Este tema lo cree a pedido de lucy para hablar de los signos si los admin se dignan a hacer algún subforo lo movemos y listo.
Significado de los 12 signos:
La división del zodiaco en 12 partes iguales de 30 grados de longitud (correspondientes a los signos zodiacales) es puramente simbólica y no tiene nada que ver con la exacta posición de las constelaciones actuales. Mas bien se relaciona con el ciclo de las estaciones, tomando como puntos críticos los equinoccios y los solsticios.
Decir “¡Yo soy Aries!” o “¡Yo soy Leo!” significa que en el momento del propio nacimiento el Sol se encontraba en uno de estos signos.
Cualidades de los signos:
Las cualidades de los signos astrológicos son tres: cardinal, fija y mutable. Puesto que existen cuatro elementos y doce signos, cada signo puede identificarse por una combinación única de una cualidad y un elemento. Por ejemplo, Aries es el signo cardinal de fuego; y Géminis, el signo mutable de aire. Estas combinaciones se resumen en la tabla de la derecha.
Los signos cardinales ejemplifican las características más puras y sin adulterar de un elemento; las cualidades fijas, las características más permanentes y menos proclives al cambio; las cualidades mutables, las más flexibles y adaptables. En cualquier cuadrante del zodíaco, los tres signos se encuentran siempre en el mismo orden: cardinal, fijo y mutable. Desde un punto de vista dinámico, esto significa que los signos cardinales instituyen, inician o determinan las cosas; los signos fijos, las establecen o concentran, y los signos mutables preparan para el movimiento, para el cambio al cuadrante siguiente.
En consecuencia, dentro de cada cuadrante del Gran Ciclo (véanse las páginas 12 y 13) se sugiere un proceso cíclico o evolutivo. En el cuadrante III, por ejemplo, la esencial naturaleza aérea de Libra se convierte en altamente fija y estable en el signo acuático de Escorpio, sólo para ser liberada y dispersada por la fogosa mutabilidad de Sagitario.
Resulta útil pensar que las personas que tienen la misma cualidad (por ejemplo, las de signos cardinales) compartirán características comunes. Por otra parte, es posible encontrar variedad y estímulo en las relaciones entre personas que poseen cualidades muy distintas (como entre los nativos de signos fijos y mutables, que establecen una dinámica estimulante, aunque en ocasiones conflictiva).
LOS SIGNOS CARDINALES
Los signos cardinales, por orden de aparición en el zodíaco, son los siguientes: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio. Los regentes de estos signos son, respectivamente, Marte, la Luna, Venus y Saturno. Aries es el signo de fuego más puro: inicia la primavera y marca el tono del primer cuadrante. Cáncer es el signo de agua más depurado: su naturaleza empática y emocional caracteriza el verano y el segundo cuadrante. Libra es el más representativo de los signos de aire: su naturaleza venusina y sociable marca el tono del otoño y del tercer cuadrante. El cuarto signo cardinal, Capricornio, caracteriza más plenamente que ningún otro la naturaleza de la tierra e inicia el invierno, el cuarto cuadrante.
LA PERSONALIDAD DE LOS SIGNOS CARDINALES
Los nativos de los signos cardinales son emprendedores. Les gusta iniciar proyectos, ya se trate de un negocio, una familia o una organización. Estos individuos detestan que se los distraiga de aquello que tienen entre manos. Casi siempre desean concentrar la mayor energía posible en una empresa. Pioneros por naturaleza, tienden a ser los primeros en concebir un proyecto y en convertirse en líderes de su campo de acción particular (por ejemplo, Aries en deporte y aventuras; Cáncer en el hogar; Libra en la sociedad y Capricornio en el mundo laboral). El principal conflicto para estos individuos se presenta cuando se sienten indecisos.
LOS SIGNOS FIJOS
Los signos fijos, por orden de aparición en el zodíaco, son los siguientes: Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Los regentes de estos signos son, respectivamente, Venus, el Sol, Plutón y Urano. Tauro es el más obstinado de los signos de tierra: cambia con lentitud y ejemplifica la fertilidad de la primavera. Leo es el más estable de los signos de fuego; la regencia del Sol simboliza más plenamente que en cualquier otro signo el calor y el poder generador del verano. Escorpio es el más poderoso y con-trolador de los signos de agua: caracteriza los aspectos sensuales del otoño y su regente, Plutón, simboliza la creciente oscuridad y el fin (de la etapa de crecimiento en la naturaleza. El cuarto signo fijo, Acuario, es el más dominante de los signos de aire; originariamente regido por Saturno y en tiempos modernos por Urano, simboliza el pensamiento universal y el frío dis-tanciamiento del invierno.
LA PERSONALIDAD DE LOS SIGNOS FIJOS
Los nativos de los signos fijos no cambian con facilidad. Tienen un sentido de su espacio y saben qué es propio de ellos, al tiempo que tienen una idea clara de quiénes son y de qué desean. Puesto que poseen seguridad en sí mismos, los nativos de los signos fijos se resisten a aquellos que pretenden dominarlos y pueden mostrarse rebeldes cuando ocupan un papel subordinado. Esencialmente, les gusta que les dejen vivir a su aire. Por otra parte, son capaces de ejercer influencia en otros o incluso de dominarlos. El principal conflicto para estos individuos se presenta cuando deben afrontar la inestabilidad emocional.
LOS SIGNOS MUTABLES
Los signos mutables, por orden de aparición en el zodíaco, son los siguientes: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Los regentes de estos signos son, respectivamente, Mercurio (Géminis y Virgo), Júpiter y Neptuno. Géminis es el más mutable de los signos de aire: es sumamente versátil y ejemplifica el carácter caprichoso de la primavera. Virgo es el menos estable de los signos de tierra: su mutabilidad anuncia los cambios del otoño y de la cosecha inminente. Sagitario es el más maleable de los signos de fuego: su naturaleza filosófica y al mismo tiempo jovial transmite el optimismo necesario para superar el invierno que se aproxima. El cuarto signo mutable, Piscis, vaticina cambios espirituales y el renacimiento de la cercana primavera.
LA PERSONALIDAD DE LOS SIGNOS MUTABLES
Los nativos de los signos mutables aman los cambios y la variedad. Se aburren con facilidad y necesitan muchos estímulos. Les atraen especialmente los viajes. Los nativos de los signos mutables rara vez son tan felices como cuando están en movimiento; en consecuencia, buscan un cambio de escenario con mayor frecuencia que los demás. Estos individuos no destacan por su estabilidad emocional. Sin embargo, son muy flexibles y se adaptan con facilidad a las circunstancias nuevas. Los nativos de los signos mutables comprenden que la única cualidad constante de la vida es el cambio. El principal conflicto se les presenta cuando se sienten atados .
Significado de los 12 signos:
La división del zodiaco en 12 partes iguales de 30 grados de longitud (correspondientes a los signos zodiacales) es puramente simbólica y no tiene nada que ver con la exacta posición de las constelaciones actuales. Mas bien se relaciona con el ciclo de las estaciones, tomando como puntos críticos los equinoccios y los solsticios.
Decir “¡Yo soy Aries!” o “¡Yo soy Leo!” significa que en el momento del propio nacimiento el Sol se encontraba en uno de estos signos.
Cualidades de los signos:
Las cualidades de los signos astrológicos son tres: cardinal, fija y mutable. Puesto que existen cuatro elementos y doce signos, cada signo puede identificarse por una combinación única de una cualidad y un elemento. Por ejemplo, Aries es el signo cardinal de fuego; y Géminis, el signo mutable de aire. Estas combinaciones se resumen en la tabla de la derecha.
Los signos cardinales ejemplifican las características más puras y sin adulterar de un elemento; las cualidades fijas, las características más permanentes y menos proclives al cambio; las cualidades mutables, las más flexibles y adaptables. En cualquier cuadrante del zodíaco, los tres signos se encuentran siempre en el mismo orden: cardinal, fijo y mutable. Desde un punto de vista dinámico, esto significa que los signos cardinales instituyen, inician o determinan las cosas; los signos fijos, las establecen o concentran, y los signos mutables preparan para el movimiento, para el cambio al cuadrante siguiente.
En consecuencia, dentro de cada cuadrante del Gran Ciclo (véanse las páginas 12 y 13) se sugiere un proceso cíclico o evolutivo. En el cuadrante III, por ejemplo, la esencial naturaleza aérea de Libra se convierte en altamente fija y estable en el signo acuático de Escorpio, sólo para ser liberada y dispersada por la fogosa mutabilidad de Sagitario.
Resulta útil pensar que las personas que tienen la misma cualidad (por ejemplo, las de signos cardinales) compartirán características comunes. Por otra parte, es posible encontrar variedad y estímulo en las relaciones entre personas que poseen cualidades muy distintas (como entre los nativos de signos fijos y mutables, que establecen una dinámica estimulante, aunque en ocasiones conflictiva).
LOS SIGNOS CARDINALES
Los signos cardinales, por orden de aparición en el zodíaco, son los siguientes: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio. Los regentes de estos signos son, respectivamente, Marte, la Luna, Venus y Saturno. Aries es el signo de fuego más puro: inicia la primavera y marca el tono del primer cuadrante. Cáncer es el signo de agua más depurado: su naturaleza empática y emocional caracteriza el verano y el segundo cuadrante. Libra es el más representativo de los signos de aire: su naturaleza venusina y sociable marca el tono del otoño y del tercer cuadrante. El cuarto signo cardinal, Capricornio, caracteriza más plenamente que ningún otro la naturaleza de la tierra e inicia el invierno, el cuarto cuadrante.
LA PERSONALIDAD DE LOS SIGNOS CARDINALES
Los nativos de los signos cardinales son emprendedores. Les gusta iniciar proyectos, ya se trate de un negocio, una familia o una organización. Estos individuos detestan que se los distraiga de aquello que tienen entre manos. Casi siempre desean concentrar la mayor energía posible en una empresa. Pioneros por naturaleza, tienden a ser los primeros en concebir un proyecto y en convertirse en líderes de su campo de acción particular (por ejemplo, Aries en deporte y aventuras; Cáncer en el hogar; Libra en la sociedad y Capricornio en el mundo laboral). El principal conflicto para estos individuos se presenta cuando se sienten indecisos.
LOS SIGNOS FIJOS
Los signos fijos, por orden de aparición en el zodíaco, son los siguientes: Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Los regentes de estos signos son, respectivamente, Venus, el Sol, Plutón y Urano. Tauro es el más obstinado de los signos de tierra: cambia con lentitud y ejemplifica la fertilidad de la primavera. Leo es el más estable de los signos de fuego; la regencia del Sol simboliza más plenamente que en cualquier otro signo el calor y el poder generador del verano. Escorpio es el más poderoso y con-trolador de los signos de agua: caracteriza los aspectos sensuales del otoño y su regente, Plutón, simboliza la creciente oscuridad y el fin (de la etapa de crecimiento en la naturaleza. El cuarto signo fijo, Acuario, es el más dominante de los signos de aire; originariamente regido por Saturno y en tiempos modernos por Urano, simboliza el pensamiento universal y el frío dis-tanciamiento del invierno.
LA PERSONALIDAD DE LOS SIGNOS FIJOS
Los nativos de los signos fijos no cambian con facilidad. Tienen un sentido de su espacio y saben qué es propio de ellos, al tiempo que tienen una idea clara de quiénes son y de qué desean. Puesto que poseen seguridad en sí mismos, los nativos de los signos fijos se resisten a aquellos que pretenden dominarlos y pueden mostrarse rebeldes cuando ocupan un papel subordinado. Esencialmente, les gusta que les dejen vivir a su aire. Por otra parte, son capaces de ejercer influencia en otros o incluso de dominarlos. El principal conflicto para estos individuos se presenta cuando deben afrontar la inestabilidad emocional.
LOS SIGNOS MUTABLES
Los signos mutables, por orden de aparición en el zodíaco, son los siguientes: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Los regentes de estos signos son, respectivamente, Mercurio (Géminis y Virgo), Júpiter y Neptuno. Géminis es el más mutable de los signos de aire: es sumamente versátil y ejemplifica el carácter caprichoso de la primavera. Virgo es el menos estable de los signos de tierra: su mutabilidad anuncia los cambios del otoño y de la cosecha inminente. Sagitario es el más maleable de los signos de fuego: su naturaleza filosófica y al mismo tiempo jovial transmite el optimismo necesario para superar el invierno que se aproxima. El cuarto signo mutable, Piscis, vaticina cambios espirituales y el renacimiento de la cercana primavera.
LA PERSONALIDAD DE LOS SIGNOS MUTABLES
Los nativos de los signos mutables aman los cambios y la variedad. Se aburren con facilidad y necesitan muchos estímulos. Les atraen especialmente los viajes. Los nativos de los signos mutables rara vez son tan felices como cuando están en movimiento; en consecuencia, buscan un cambio de escenario con mayor frecuencia que los demás. Estos individuos no destacan por su estabilidad emocional. Sin embargo, son muy flexibles y se adaptan con facilidad a las circunstancias nuevas. Los nativos de los signos mutables comprenden que la única cualidad constante de la vida es el cambio. El principal conflicto se les presenta cuando se sienten atados .
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