Introducción
Este ejercicio es bueno para cuando nos sentimos estresados o deprimidos
La cuerda de anclaje.
Ojetivo: Alcanzar el centrado y el equilibrio interior.
Frecuencia de uso: Puede usarse cada día.
Duración: Mantenga la meditación 10-15 minutos
1..Adopte su postura de meditación favorita. Cierre los ojos... Sitúe la lengua sobre el paladar... Las manos deben estar relajadas y abiertas, descansando en su regazo. Observe su respiración... Cada vez que inhale y exhale, sienta cómo su cuerpo se vuele más pesado, cálido y relajado.
2..Dirija su atención a su rabadilla... La respiración se recoge como si fuera un estanque en la base de su columna. Imagine que ha vuelto a su infancia... Trepe por el árbol y descanse entre sus ramas. Su respiración fluye por las ramas llegando hasta las hojas. El tronco del árbol es hueco... Vaya extendiendo el tronco bajando por él atravesando las múltiples y sucesivas capas de la tierra, con las rocas... El tronco sigue hueco mientras desciende hasta el mismísimo núcleo terrestre. Siga su respiración hasta ese punto ardiente, derretido.
3..El tronco del árbol alcanza el centro... Cuando usted entre en contacto con este poderoso centro de gravedad, sienta cómo aumenta el peso y la pesadez de su cuerpo... Las raíces del árbol envuelven firmemente el centro de la tierra.
4..El tronco hueco es su cuerda de anclaje. El vínculo con la tierra funciona como un gigantesco vacío que le ayuda a liberarse de todas las sensaciones, sentimientos o pensamientos a los que ya no necesita sujetarse.
5..Los bronquios están recubiertos de cilios, pelillos diminutos que se mueven cuando el aire pasa por ellos, actuando como cepillos en miniatura que retienen el polvo y los gérmenes... Éstos se recogen en la mucosa y luego los expulsamos mediante la tos...
6..Redirija la atención a su cuerpo. Proceda a realizar un escaneo mental, buscando dolores, molestias o preocupaciones de las que esté dispuesto a desprenderse... Aquello que opta por liberar se convierte en una energía neblinosa... Vea cómo esa energía desciende por la cuerda de anclaje como el agua que se pierde por un sumidero... Repita ese análisis mental varias veces, hasta que se sienta limpio y dispuesto para continuar.
7..Siempre que uno libera energía, es importante reponerla. Imagine un sol brillante y dorado, a unos 25-30 cm por encima de su cabeza. Haga que ese sol penetre en su cuerpo, e indíquele que rellene todos aquellos lugares de los que se desprendió energía... Cuando sienta que se ha empapado de energía dorada, respire hondo varias veces y, suavemente, abra los ojos.
Fuente: Cómo cura la meditación; Martina Glasscock
Este ejercicio es bueno para cuando nos sentimos estresados o deprimidos
La cuerda de anclaje.
Ojetivo: Alcanzar el centrado y el equilibrio interior.
Frecuencia de uso: Puede usarse cada día.
Duración: Mantenga la meditación 10-15 minutos
1..Adopte su postura de meditación favorita. Cierre los ojos... Sitúe la lengua sobre el paladar... Las manos deben estar relajadas y abiertas, descansando en su regazo. Observe su respiración... Cada vez que inhale y exhale, sienta cómo su cuerpo se vuele más pesado, cálido y relajado.
2..Dirija su atención a su rabadilla... La respiración se recoge como si fuera un estanque en la base de su columna. Imagine que ha vuelto a su infancia... Trepe por el árbol y descanse entre sus ramas. Su respiración fluye por las ramas llegando hasta las hojas. El tronco del árbol es hueco... Vaya extendiendo el tronco bajando por él atravesando las múltiples y sucesivas capas de la tierra, con las rocas... El tronco sigue hueco mientras desciende hasta el mismísimo núcleo terrestre. Siga su respiración hasta ese punto ardiente, derretido.
3..El tronco del árbol alcanza el centro... Cuando usted entre en contacto con este poderoso centro de gravedad, sienta cómo aumenta el peso y la pesadez de su cuerpo... Las raíces del árbol envuelven firmemente el centro de la tierra.
4..El tronco hueco es su cuerda de anclaje. El vínculo con la tierra funciona como un gigantesco vacío que le ayuda a liberarse de todas las sensaciones, sentimientos o pensamientos a los que ya no necesita sujetarse.
5..Los bronquios están recubiertos de cilios, pelillos diminutos que se mueven cuando el aire pasa por ellos, actuando como cepillos en miniatura que retienen el polvo y los gérmenes... Éstos se recogen en la mucosa y luego los expulsamos mediante la tos...
6..Redirija la atención a su cuerpo. Proceda a realizar un escaneo mental, buscando dolores, molestias o preocupaciones de las que esté dispuesto a desprenderse... Aquello que opta por liberar se convierte en una energía neblinosa... Vea cómo esa energía desciende por la cuerda de anclaje como el agua que se pierde por un sumidero... Repita ese análisis mental varias veces, hasta que se sienta limpio y dispuesto para continuar.
7..Siempre que uno libera energía, es importante reponerla. Imagine un sol brillante y dorado, a unos 25-30 cm por encima de su cabeza. Haga que ese sol penetre en su cuerpo, e indíquele que rellene todos aquellos lugares de los que se desprendió energía... Cuando sienta que se ha empapado de energía dorada, respire hondo varias veces y, suavemente, abra los ojos.
Fuente: Cómo cura la meditación; Martina Glasscock
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